Qué es proyecto sagitario?

Cursos de Iniciación a la astronomía.

Didáctica astronómica. Talleres de Ciencia.

Charlas, cursos, campamentos, observaciones grupales.

martes, 28 de diciembre de 2010

Tanta Distancia...

2º Plaza astronómica.

Tengo en el fondo de pantalla la cabeza de caballo en una toma de campo lograda por uno de nuestros astrofotógrafos de EP; hermosa toma, poética toma donde nada resalta sino el todo. Me quedo espacios de tiempo observando sus detalles, sus colores compuestos del rojo al negro, la mínima estridencia de las estrellas que la enmarcan. En nota anterior dije que había aprendido a discernir mi placer de la amargura de haber perdido a quien en esto me metiera; tal vez haya mentido, pues en ese negro y rojo no puedo sino ver los colores de la lepra, club de fóbal al que él y yo adscribimos.

El domingo sentí que las plazas astronómicas acaso han llegado para quedarse, este verano.
Aparcamos con Moni a las nueve y armé un solo teles, pensando que los jóvenes bien estaban con sus amigos jóvenes, echados sobre el suelo, hablándose y mirándose, que es lo que los jóvenes deben hacer; grandes pocos había y niños pocos también. Así que invité a mi musa con el helado más rico de la temporada, para agraciarla y para darle tiempo a aquél que cada noche cubre el cielo con su piel agujereada a que acabase su tarea.
Aquellos que conozcan Bigand, dudo lo echen al olvido. Bigand tiene los plátanos más altos y más nutridos que imaginarte puedas. Mira, te hago una propuesta; puedes cruzar el pueblo en pleno summer, en pleno meridiano, de sombra en sombra, sin que febo te vea.
Esos mismos plátanos circundan la plaza y las veredas frente a la plaza, así que poco tiempo tuvo quien firma para mostrar Júpiter a los que paseantes, ya que cuando la piel estuvo tendida, el malandra había transpuesto un puño el cenit.
Poca gente se arrimaba y Moni sentadita en la repo (arma in dis pen sa ble de un PAE -perfecto astrónomo enyuntado). Pero cronos también desandaba su camino: los cars daban su vuelta al perro, las familias también venían de tomar sus heladitos y como los niños no tienen remilgos cuando algo los motiva, la esquina comenzó a llenarse lenta pero constante. Con reflejos de pinponista advertí que era el momento de sacar un as de la manga, digo, de la chata: Lumbrecita a escena. Pum.
Ya éramos más de veinte y había cola en los teles. Llega David con dos mozos de cuerdas y plantan la pantalla y el proyector; saco la notebuc y las torres del audio: una sucesión de imágenes del transbordador y de la ISS para abrir el fuego sobre esos niños ciberizados… con María Elena Walsh de fondo!!!! (Vaya anacronía). Los pequeños demonios observaban y bailaban al mismo tiempo¡¡¡¡¡ Guau.

Buscar objetos de EP con las luces de la calle y las farolas de la plaza es arduo -lo juro- pero como la luna no iba a dar señas hasta la una al menos, había que arreglarse. Le dimos a Orión y después a Carina, mi preferida. De Carina a los cúmulos vecinos fue una fiesta. Como había mucho chico y poco docto conté una historia sobre las estrellas bebes que nacen todas juntas y que luego asisten al jardín sin poder separarse de sus hermanas y hermanos. Los chicos van a recordarlo, lo sé por el negro de sus ojos atónitos. Hubo que alzar gurises hasta el hartazgo, pero en realidad es laburo que place. Lo que cada vez me asombra menos es la rapidez con que le meten un dedo al ocular. Debo de haber limpiado unas cuatro veces cada lente. Ahora, antes de salir con el circo, lo primero que tomo son los pañitos que me provee mi óptica-storage (tanke Roger).
Otra alegría de la noche fue la forma en que Milton Gatti –el carpintero, blanco el cabello, un colorado de holgadas 70 traslaciones- me expresó su pasión por el cielo. Tanta distancia… tanta distancia... Le di unos binos y miré de lleno en sus ojos rojos, su expresión de saciedad y acecho por lo insondable. Le di los galileo 12x60; admite: yo ya no veo... me cuesta mucho ver… Así que le alcanzo la repo y lo invito a sentarse, a mirar tranqui la vastedad que nos envuelve. Se sienta con trabajo pues este Gepetto ha cortado mucha madera, amigos. Viendo el tiempo que pasó con los binos en ristre pensé que acaso Pepito Grillo le susurraba lejanos viajes al oído, noches donde una imponente Cetus se lo tragaba. Él caía a ese vientre oscuro con una sonrisa en la cara.
Pasa el tiempo con rapidez, los programas se suceden en la pantalla, la gente va y viene. Sobre las doce quería irme –dios me perdone- pero ahora era el momento de las de treinta: tres o cuatro mamás arriman a sus children nuevos. Invariable el asombro. A veces me figuro un verdadero animador de feria. Odiaría serlo. Me propuse unos límites, quisiera que siempre haya una posibilidad de conocimiento serio, de reflexión. Aunque Lupe me dijo, una tarde bajo los árboles: mirá, Sergio, yo vivía en el campo y mi padre no se cansaba de enseñarnos las figuras… pero no olvidaré nunca la primera vez que miré por un telescopio… En fin, Abramsom también cuenta que lo que ató a Brahe a la astronomía fue el hecho de ver una nova. Y tal vez a Hubble, creo. A lo mejor de entre estos pibes… sale otro Piazzentini.
Llega Eric, cofrade de mi padre que colaboró con el fondo para adquirir Pionero (H1501200) hace ya cinco años; enseguida Richi, con su esposa y su hija. Richi era secretario comunal durante aquellos hermosos primeros días. Su gestión puso un fifty del total, cuentan. Así es como se suceden los logros, sin que uno apenas se entere. Ayer se confabulan cuatro locos y un secretario para arrimar dos mil morlacos y hoy más de cuarenta personas de toda condición y edad le dan duro al ojo en una apacible plaza de pueblo.
En algún momento levanto la cabeza y veo a otro viejo amigo. Ya todos mis conocidos de la infancia se van poniendo viejos –debiera averiguar qué les está pasando. Están gordos, canosos; por suerte, aun guardamos una sonrisa para los reencuentros. Viene con su hija quién a su lado parece un juguetito, una muñequita pues él es enorme oso macilento. A la baby le señalo Lumbrecita pues Pionero está muy alto; mira y dice: hay estrellas (demostrando que Clark no inventó nada, al fin y al cabo); su padre quiere compartir la imagen y entonces comienza el lento proceso que le permitirá agacharse, poner una rodilla en la baldosa y arrimar también el ojo. Parece Goliat, derrumbándose bajo el disparo certero del cielo.

En fin, en algún momento empezamos a arriar el juego. David baja de su bici y ayuda, nos lleva otros veinte despegar. Moni va rendida cabeceando un sueñito. Yo manejo con cuidado porque voy muy cansado, los pies molidos; agendo en la mente: capítulo cuatro del Manual para el PAP (prefecto astrónomo pirata): buenos shoes.

Sólo resta pasar todo al papel y postear la nota, pero me llama uno que se dijo mi amigo. Son las 22hs del lunes y el auricular exclama: Sergio, ¿vamos a observar? Estuve buscando estrellas de carbono y quisiera mostrártelas. Guau. ¿Qué puedo decirle? Veinte minutos después lo paso a buscar. Viene con Harry-White (su H90900EQ2). Juntos nos alejamos por desiertos caminos de tierra evocando a David Vincent. Como él, vamos hacia la aventura y hacia otra apasionante noche de estrellas.

Sergio Galarza.
Bigand-Casilda
28 12 2010.

martes, 21 de diciembre de 2010

Por dónde empiezo, si no puedo terminar?

Casilda, Bigand, Chabás: 20-21 del 12 e 2010
 
¿Por dónde empiezo, si no puedo terminar?

        El domingo estuvimos en la plaza San Martín de Bigand, cumpliendo lo prometido. A las nueve armamos los teles Pionero y Lumbrecita de los talleres, y al par le sumamos un invitado: Corchito (un H114500, de la provincia de Santa fe).
        Por si estas armas fueran pocas para una localidad de 5900 almas, sobre una mesa ofrecimos tres binoculares y...
        La gente empezó a arrimarse inmediatamente con sus reposeras y sus mates; los chicos atacaron Lumbrecita sin encono y mi hermano Juan les apuntaba Pionero (H1501200) a los grandes; los binos iban y venían como los jóvenes detrás de las bellas damas, que paseaban desentendidas. Enseguida cayó Vero, con su equipito de verdes y un rato estuvo el secretario de cultura; ya debe de haber observado dos veces, cualquier objeto: lo de él es el apoyo irrestricto: de mirar, ni hablar (gracias David¡¡¡).
Siempre elijo en Bigand el rincón de la plaza que erige el gnomón, precioso, plateado, como una aleta dorsal, como una onda de plata al viento (de las muchas pelis que guarda mi corazón, hay una in cre i ble llamada True Romance; en ella, el héroe enamora a la muchachita narrándole historietas de Linterna verde y Silver Surfer. Bien, el gnomón me recuerda a Silver Surfer pues es plateado, alto, nocturno).

        Los chicos muestran un entusiasmo por la observación celeste sólo comparable a la que muestran los adultos. Uno ve sus rostros, el destello en la mirada (¿acaso fuera el resplandor de la luna en foco primario sobre sus pupilas?) y sabe que esas almas están ya prendidas del cosmos, de la infinita noche, de sus pequeños secretos poco a poco develados.
        Preguntan todo, todo lo indagan, porqué la nube 42, porqué lo rojo de Betel y de Alde, la oculta duplicidad de Mintaka, el paseo conjunto de las ninfas. Saber los nombres de los satélites galileanos les encanta, los recitan, los memorizan.
        Sobre las once dos sorpresas: primero cae el intendente con su familia y nos honran un buen rato. Bromeo con la gente que él va primero en la cola pues, bueno, cómo decirlo? Pone la plata! Y enseguida la cámara Acuter, adosada a Pionero y a darle duro a la Luna. Proyectamos sus imágenes sobre una pc pues la pantalla está ocupada. Ahí sí que la gente delira. Ver los cráteres del tamaño de sus relojes…guau!! .
        Aquello fue el domingo; ayer estuvimos en la escuela 208 de Chabás. Primero con un curso sobre astronomía para docentes de primaria. Creo que estuvo bueno, mucha presencia, y todos se quedaron dos horas y media! Sin aire!
        Por la noche observamos en el patio del cole. La 208 es mi colegio. Doy clases de ajedrez allí hace 17 años! He sido feliz e infeliz allí. Entiéndanme, amo la docencia, amo un mundo más justo, con niños cuidados y queridos por el estado. Valoro la AUH -por ejemplo- porque acerca a todos a un nivel de dignidad impensado en el 2001. Y creo a los docentes artífices de los cambios. Cimientos de esos cambios. Por eso me desconcierta la actitud esquiva de los que ven en mí hacer una intromisión o una falta. Sólo busco mucha, mucha gente adorando al cielo, conociendo, pensando. Sépanlo, amigos.

        Los chicos cayeron a las nueve y arrancamos. Aún era de día pero le dimos duro a la verba. El lugar es aparente, pues la alta escuela tapa las farolas de la calle. La Luna prometía un infinito de luz… y cumplió.
        El piso del patio hoy es de cemento, pero hace 24 años era de tierra, había césped; lo sé porque cuando mi hija mayor debió empezar la escuela -a los cinco años- le di la oportunidad de que fuera ella la que decidiese dónde ir. Y de las tres escuelas primarias eligió la 208, Bernardo Monteagudo, por su patio de césped y sus árboles. Vaya si acierta Francesco Tonnucci.
 
        Los padres, docentes y alumnos disfrutaron la noche por igual, pero menos que yo. Soy infinitamente feliz cuando veo esa algarabía arround de los teles. Al principio pensaba en mi viejo, pero ahora he logrado independizar mi placer y disfrute. Mario Wainfeld contó que Soriano escribió que uno no se hace hombre hasta que su padre no ha partido. Yo escribiría que nunca disfruté tanto un presente como el que supo dejar mi tata al irse. Gracias viejo; lástima que aprendí tarde, uno es un gil con su padre en vida!!!
 
        Las maestras prepararon hamburguesas y entre todos abonamos seben y cocas. Sobre las once, dinner. Allí hablamos un poco sobre proyectos futuros y libros pasados. Los chicos escuchaban cumbia (###) y corrían de tele en tele y de bino en bino. Orión, Sirio, Canopo, Betel y Alde, los cúmulos, tute le fioque.
En la mesa bajo la luna seguía la charla, me preguntaron cómo sabía; dije: si no trabajo; sé porque no trabajo. Se rieron. Aclaré: tengo un concepto atroz del dinero, pienso que cuando alguien gana mucho más de lo que precisa para vivir cambia, se pone insensible; entonces yo trabajo lo justo, cuando hice el día largo todo y a leer, o a ver el cielo, qué onda; que laburen los ricos, ellos sabrán disfrutar el dinero; yo sólo aprendí a disfrutar amores, reuniones, libros,  pelis y -ahora- el infinito.
A empacar me ayudaron Fausto y Guillermo, los más entusiastas. Ambos son alumnos de 5º grado en ajedrez y son muy aviesos. Todo concepto debe caer en sus cabezas. No hay nada que no quieran saber. Lentamente desarmamos los teles, envolvimos los oculares, cerramos los trípodes. En menos de 15´ habíamos dado cuenta de la faena. El brillo seguía en sus ojos. Era de ellos, nomás.

Me acosté a las 030 y puse el despertador, of course. A las cuatro y media arriba y a por el eclipse. Acudí tarde. Estaba molido. Pero le di una hora igual. En el camino di con otros aviesos, sobre un ka. Estuvieron buen rato, seguro. Partieron a las cinco.
Qué bello! Qué hermoso espectáculo. Alterné con los 9 x 63 entre la luna y Omega, entre la luna y Orión, entre la luna y Venus, entre la luna y Saturno. Saqué unas fotos con una reflex mecánica sobre trípode. Veremos qué sale. Después el horizonte rojo con una samsung, que entre costos y arreglos ya me llevó como una jornada de laburo. Uff. Sólo uno sabe cuánto suda un astrónomo.

Sergio Galarza
Talleres de astronomía.


       











lunes, 20 de diciembre de 2010

Despedida de año ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡





Despedida de año genial en Bigand!!!!!!!!

Jueves 30 de diciembre en La Estrella ¡!!!!!!!!!
Planta campamentil del Ministerio de Educación Provincial

Desde las 1900hs. y hasta que las velas ardan.

19,00 hs. pileta¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
20,00 hs. torneo informal de ajedrez ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
21,30 hs. observaciones astronómicas ¡¡¡¡¡¡
23,00 hs. cena formal bajo los plátanos ¡¡¡¡¡¡

Cinco telescopios,
tres binoculares,
una cámara astrofotográfica,
una pc,
un proyector con pantalla,
todo para vos¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Alumnos de las escuelas: gratis!!!!!!!!

Adultos: traen su comidita o abonan unos mangos.

Anotate en la Secretaría de Cultura de Bigand o a los cel 03464 154 49 820 y 427298. 
Sergio Galarza.
Taller de ajedrez comunal.
Taller de astronomía.

jueves, 16 de diciembre de 2010

La Ribera del cielo





Casilda-Bigand, 16 de dic de 2010
La Ribera del cielo.

Quien mira el cielo, por más ensueño y maravilla que allí vea, sabe que pisa la misma tierra que el resto de los mortales. Martí dijo, el cielo es la patria de todos; pero ¿es este suelo el mismo para todos? Sabemos que no, sabemos que hay realidades distintas sobre la tierra y que muchas veces se impone la soberbia voz del poderoso, la cual nos oculta la palabra clara del que está a nuestro lado.

Pero el destino lo teje Aracné, y quiso ella que la señora Ministra de Educación provincial visitara hace unos meses una escuela y que sus alumnos gestionaran ante ella por un viaje al que quizá no accedieran. La responsable educativa accedió y es@s jóvenes tienen su viaje de fin de curso: unos días junto al río Paraná, en el Camping La Ribera de Villa Constitución.
Y aquí entramos con entusiasmo en la historia: ¡Tuvimos el orgullo de ser invitados a participar del campamento! Así que a cargar telescopios y binoculares bien embaladitos sobre nuestro observatorio veloz (scenic, disel, 1400 x 4500) y a corrernos hasta La Ribera!
Pinto el viaje: Moni de copilota; atrás Pionero; en el baúl Candela Celeste y Lumbricita; los binos también, of course, con trípode y todo.
Llegamos bajo la estruendosa denuncia de la Luna a una arcada de piedras y a un dédalo de árboles (sorry, poetas). Con cuidado seguimos el cordel del camino hasta desembocar a un abra donde se erigen casas: tres, cuatro bungaloes y un comedor amplísimo; abajo, en la rivera, otro salón de fiestas. Uff, se me hacían agua los ojos mirando el cielo.
Aparcamos la scenic y dimos con Andrea, Caito y Lupe, otros docentes cuyo nombre adeudo. Pienso que un docente lo tiene todo para ser feliz; son las políticas esquivas las que a veces agrian su mirada. Aquí las sombras de la noche eran rasgadas por la alegría del encuentro.
Hola que tal y a buscar un lugar aparente. Caito me dice hay una cancha, servirá? Andamos más de muchos metros (¿??), trasponemos plantas, arcos, estudiamos el cielo con la furtiva intención del asesino que anhela ocultarse de toda luz. Los bungaloes arrojan sus lámparas y le digo a Caito, pedimos que apaguen esas luces. Caito grita, chicas, apaguen esas luces… Por qué¡¡¡ le espetan. Guau, pienso, me gusta eso.
Armamos el circo. Desenvuelvo las armas una a una cual monje tibetano. Moni me sumerge en off. Los mosquitos pican igual. Pero ahí está Beteljause, y  allá Albedarán, y más allá las Pléyades… por supu Selene y el dios con sus cuatro de liverpul (aunque anoche Calixto jugaba a las escondidas, a esa hora).
Llegan las chicas y chicos del campamento, del viaje de findecurso, llegan abrazados, charlando, altos la mayoría, todos muy amables. Lupe me presenta y pienso que es tanta mi suerte. Siempre fui un hombre de suerte, un privilegiado. ¿A cuántas personas en este mundo se le cumplen todos sus deseos?
Empezamos con el gaseoso, explicamos su franja, sus lunas y sus nombres (el nombre, el nombre es todo: El viernes inauguran el Museo de la Memoria en Rosario!!!!!!!!). Planteamos un tour, recorreremos la vida de una estrella. Ahí está ese útero magnífico, M42, y luego el resto, todos los estadíos.
Les debo una nebulosa planetaria, a esos pibes, pero la luna era mucha, o mi saber poco. Por fin terminamos con esta, con sus cráteres y sus mares. Guau! Le dimos duro!

Siempre me asombran sus preguntas, las preguntas de un joven o un niño o un adulto que se inclina sobre el ocular, mira y te dice: ¿por qué las estrellas son redondas? O, ¿por qué vemos una estrella? O, -la mejor para mi gusto, hasta ahora, hecha por un chico de 8 años- ¿si los números son infinitos… por qué el universo no lo va a ser?

Llegó al fin la realidad en la figura del cocinero: ¡¡¡está la comida!!!! Eran las once casi; habíamos estado veinte jóvenes y seis maestros durante dos horas bajo los mosquitos, a metros del padre de los ríos, mirando la patria de todos. Así que nos fuimos moviendo al son del buche.
A guardar las armas, sin apuro. Dos maestros se quedan absortos con Sirio; les muestro M41; le damos con los binos y después con Pionero. Fantástico, claro.

En el comedor, Chito esgrime tallarines con salsa y estofado. Los chicos han cenado a saciar y llegamos con Moni para la segunda vuelta. Hablamos de cuchillos y de amigos ausentes. Los chicos van y vienen, bailan, ayudan con la mesa. Cuánta diferencia a esos viajes que hacen otros a Carlos Paz o a Bariloche, donde solo son un número en una plaza.

Se arma el karaoke. Suena la hora del regreso. Montamos y a paso cansino regresamos a Casilda. Cuando restan unos kilómetros veo la cruz enhiesta, el centauro alzándose majestuoso. Pienso en la última letra griega.

Me acuesto a las dos de la mañana del jueves. El viernes tenemos observaciones en la Plaza san Martín de Bigand, fotografiaremos la luna. Guau. ¡La vida del astrónomo no da respiro!

Sergio Galarza

Talleres de astronomía
JCGalarza y Candela Celeste
Bigand-Casilda

viernes, 3 de diciembre de 2010

1º CPL

Sporting Club, Bigand, diciembre 2 de 2010


1º Campamento para Lunáticos
Casilda-Chabás-Bigand

Pese a que el día anunciaba lo peor -ya que amaneció lloviendo, almorzamos con agua y el pronóstico sencillamente decía “lluvias aisladas”- seguimos el paso de las horas con el cogote torcido y el ánimo huraño, deseando despejá, despejá, despejá.
Y la caída de la tarde nos echó una soga: las nubes se retiraron hacia el este, el sol relampagueó unas horas y las estrellas hurgaron hasta que se afianzaron en la trama negra del cosmos. A las ocho de la tarde tome mi nokia y esemesié: voy con los teles… y los choris, quién quiera ver, ¡que mire!
Llegamos desde Casilda con Moni, Lumbre Pura y el Lumbricita (mi wife, un rfl H200/1000EQ5 y un rfr H70/900EQ1). Quería sacarme el gusto, pues acababa de instalarle el dual axis al grandote; y bueh, el flaco para los chicos…
De Chabás cayeron -con Orión a 50º- Facu, Amparo y Ursula (aparato de unos 50 cm. del piso), con Carmen y Francisco (flamante abanderado de 7º), y unos 10º después Naty y Maxi, sin pilchas (estoy pensando en escribir un verdadero manual para el perfecto astrónomo lunático: 1ºregla: pulóveres, 2ºregla: máspulóveres!!!).
De Bigand estaban Juan, Morena y luego Kiki y Sebastián. En fin, casi éramos más que las Pléyades, preciosas, a 40x.
Apenas hallado el lugar aparente, Moni prendió el fuego. Como buena mendocina, sin papel, sólo unas ramitas, mientras yo armaba el circo. Enseguida le dimos duro a Júpiter para que se fuera tranqui tras unas copas de cipreses;  luego atacamos palomas, lloronas y cuarentaydoes. No deja de sorprenderme esa nébula, tantos detalles con Lumbre y tan parejita con lumbricita, que cuesta seis veces menos.
La noche seguía impertérrita, como ignorándonos, pero no nos apocamos; seguimos con Aldebarán en detalle y nos extasiamos con Sirio. Ahí fue que bajamos los binos. Se venía esa recua de cúmulos argonautas, y queríamos navegarlos con un campo más amplio. Uffff. Durísimo.
Sobraban las estrellas y justo cuando las nubes de magallán daban rienda a nuestra verba, zas, los chori salían. No me quedó más recurso que ofrendar a Juan, Facu y Amparo el cuarentaysiete con Lumbre a 40x. Quedamos con la boca abierta… ¡pero enseguida la llenamos!
Cena bajo los fresnos e historia de por qué tanta fronda, que una peste hace unos años, y que unos entendidos y una poda. Las ramas apenas me dejaban ver un par de luces fuertes que no supe nombrar, hacia el este, como a 45º (a ver quién aporta primero sus nombres).
Ursula se dormía, Francisco respondió preguntas y otras las dejó pá la próxima (no iba a comer gratis), Juan alistaba el mate, Maxi tenía vergüenza de comer, todos reíamos.
Cumplido el trámite fui a por Escultor sin olvidarme de Carina. Por dios. A él lo encontré en un tris, ¡siguiendo los triángulos! No podíamos creer lo nítida que se veía esa galaxia. Discutimos como dos minutos sobre si estaba situada a 7 o 10 millones de años de casa. Importante discusión, ¿verdad?. La cuestión es que por error puse el tubo sobre 288. Wow! (esta exclamación me la pasó un vivillo, que apenas vuelve de los iunaited, con un Celestrón 8: zonzo, el tipo)
Carina me enloquece. Espero que no sea por su nombre de mujer –nunca conocí una Carina, creo-; mi wife me pondría de patitas en la calle.
Kiki pidió ver de nuevo El Alajero, aunque había que torcer toda la espalda de Lumbre, lo enfocamos. Me gusta más verlo con el H1501200; es raro, será por los x.
La noche tocaba a fin, los viernes es jornada de trabajo, todavía. Maxi voló con su Naty (que también es mía), Amparo hizo lo propio con su Facu (que también es mío), y Juan se quedaba a un auténtico campamento con su Morena (que sólo es de él).

Guardar todo me llevó una media hora pero sin quejas, che, la reunión había sido perfecta. Otra vez el viejo, desde allá nos abría el cielo**.

Gracias por su tiempo, amigos.

Sergio Galarza
Bigand-Casilda